Quizá el nombre “mandala” suene ajeno al vocabulario que empleamos
diariamente, pero detrás de este concepto se encuentra la respuesta para encontrar
la paz y el equilibrio interior.
Mandala significa círculo en sánscrito, una lengua clásica utilizada
en algunas zonas de la India hace más de 2300 años.
Podemos decir que el origen de esta pieza es el círculo, el símbolo
más poderoso en todas las culturas del mundo.
Los mandalas son utilizados desde tiempos remotos, tienen su origen en
la India y se propagaron en las culturas orientales, en las indígenas de
América y en los aborígenes de Australia.
En la cultura occidental el primero en usar la palabra “mandala” fue
el psicoanalista suizo Carl Jung (1875-1961). Afirmaba que los mandalas
representan el mundo y la totalidad de la mente, incluyendo tanto la parte
consciente como la inconsciente.
Su primer mandala lo pintó en 1916 y dibujaba uno diariamente para
reflejar el significado de sus sueños, lo que le permitió elaborar una teoría
sobre la estructura de la psique humana.
Más allá de tener una definición como palabra, este elemento
representa espiritualmente la integridad del todo y se considera como un centro
de energía, equilibrio y purificación, que ayuda a la transformación del cuerpo
y la mente.
Es por esto que son considerados espacios sagrados, en los que la
expresión, la esencia y la creatividad del hombre se unen conformando la
perfección.
El mandala cuenta con efectos relajantes que actúan sobre nosotros
armonizando nuestro mundo interior con el exterior. ¿Cómo pueden conseguirse
estos efectos? Es muy sencillo, a través de la meditación mandálica, es decir,
del dibujo de mandalas personales.
El hecho de crearlos desarrolla la creatividad y al observar cada una
de sus formas y la mezcla de sus colores, se establece una conexión entre el
creador y el mandala.
En ellos se ven reflejados los aspectos profundos e internos,
conscientes o inconscientes, expresando la belleza, la alegría e inclusive
malos momentos.
A continuación se mencionarán algunos de los beneficios de trabajar
con mandalas:
*Permite organizar ideas, estimular la comunicación, favorece la
expresión de sentimientos, la percepción y organización.
*Ayuda a expandir la conciencia y desarrollar la paciencia.
*Despierta los sentidos.
*Promueve el desarrollo de la capacidad de asombro.
*Se gana confianza y autoestima.
Esta nueva técnica de relajación, no requiere de un estudio aplicado a
alguna disciplina. Puede ser utilizada por personas de cualquier edad y para
comenzar se requiere únicamente de tiempo, convicción e imaginación.
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